Esta mañana pedí un matcha latte y me trajeron otra cosa. Reflexión sobre dietas y ultraprocesados

Esta mañana pedí un matcha latte y me trajeron otra cosa. Reflexión sobre dietas y ultraprocesados

Esta mañana paré en una cafetería a la que no suelo acudir. Pedí un matcha latte, mi bebida favorita del momento. Nada más ver la taza al llegar sentí que algo estaba mal. No tenía ese color verde oscuro tan característico. Más bien un blanco espumoso con un toque verde muy ligero. Al primer sorbo, confirmé que no había sido buena decisión pedirlo.

Pregunté a la camarera cómo lo preparan. Me dijo que eran unos sobres ya preparados y me ofreció ver la caja, a lo que respondí que si. Primer ingrediente; azúcar, seguido de otros tantos que no me esperaba, como un conservante tipo E- que no recuerdo exactamente.

El matcha es un té con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y es capaz de regular los niveles de azúcar en sangre. En este caso, está bebido tendría el efecto completamente opuesto.

Este es un claro ejemplo de cómo hay empresas que se aprovechan de tendencias de salud para comercializar sus productos de producción barata de forma engañosa como si fueran de calidad y beneficiosos. Y no me refiero a la cafetería, sino al fabricante de ese matcha latte preparado.

Vemos otros ejemplos como los sucedáneos  de carne, que en un inicio eran una alternativa saludable al contener únicamente soja, aceite de oliva y sal. Ahora, sus fórmulas ya han cambiado y contienen aceites vegetales (de nabina/colza por ejemplo), conservantes y potenciadores del sabor, nada favorables para la salud.

Esto crea un injusto debate entre los defensores de dietas animales y los defensores de dietas vegetales. Los defensores de dietas animales critican que los alimentos de dietas vegetales están cargados de aditivos, como vemos en algunas bebidas vegetales, sucedáneos de carne, etc. 

Entonces, el problema no está realmente en el alimento de origen vegetal. Una bebida de avena que su composición sea agua y avena es perfecta. Y así con muchos ejemplos.

Se ha demostrado que hay poblaciones longevas que han subsistido con ambos tipos de dietas; animales y vegetales. Vemos por un lado a los esquimales, que sobreviven a base de una dieta muy alta en grasas animales, proveniente mayormente del pescado que consumen. Por otro lado, vemos a la población de Okinawa, donde se consume mucho arroz, tofu y hortalizas.

El denominador común de ambas dietas es la ausencia de los alimentos ultraprocedados. !Ese es el verdadero enemigo! Azúcares añadidos, aceites vegetales, conservantes, potenciadores del sabor y un largo etcétera. Debemos consumir alimentos lo más cercanos a su estado natural.

Así que por favor, dejemos de imponernos que la carne o el tofu nos van a matar y centrémonos en eliminar el consumo de ultraprocesados. 

¿Y cómo hacemos esto? Leyendo etiquetas de forma rigurosa y no comprando alimentos que los contengan. La forma de hacer que las empresas cambien es dándole donde más les duele, en la cuenta de resultados. 

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